En el año 2021 me aventuré en un viaje único hacia mi interior, un viaje sin mapas ni brújulas, guiado por sonidos, frecuencias, musica, toques y mi propio cuerpo. Participé en una sesión de Innerdance, una experiencia que me prometieron sería transformadora. Y vaya si lo fue.
Al llegar, me recibió un espacio cálido y acogedor, con luces tenues y cojines esparcidos por el suelo. Un grupo diverso de personas se reunía, cada uno con su propia historia y motivos para estar allí. La facilitadora, con una sonrisa cálida y ojos llenos de luz y sabiduría, nos guió a través de una breve meditación para conectar con nuestro cuerpo y aquietar la mente.
Entonces, la música comenzó. No era una melodía común, sino una mezcla ecléctica de ritmos tribales, sonidos de la naturaleza y melodías que parecían resonar con algo profundo dentro de mí. Cerré los ojos y dejé que la música me envolviera, que me llevara.
Mi cuerpo comenzó a moverse involuntariamente, solo movimientos libres y espontáneos que surgían desde lo más profundo de mi ser. A veces, me sentía como un pájaro en vuelo, otras como una ola que se estrella contra la orilla. Cada movimiento era una expresión de emociones, recuerdos y sensaciones que normalmente permanecen ocultas bajo la superficie.
A medida que la música se intensificaba, también lo hacían mis movimientos. Sentí una liberación de tensiones acumuladas, una catarsis emocional que me permitió dejar ir todo aquello que ya no me servía. Lágrimas brotaron de mis ojos, pero no eran lágrimas de tristeza, sino de alivio y gratitud.
Cuando la música finalmente se desvaneció, me quedé tendida en el suelo, sintiendo una profunda paz y conexión conmigo misma. Había explorado rincones de mi ser que desconocía, liberado emociones reprimidas y descubierto una fuerza interior que no sabía que poseía.
Innerdance es mucho más que una simple práctica de movimiento. Es un viaje de autodescubrimiento, una forma de conectar con nuestra esencia más pura y liberar el potencial que llevamos dentro. Los beneficios son innumerables: reducción del estrés, aumento de la creatividad, mejora de la autoestima, conexión con el cuerpo y las emociones, y un profundo sentido de bienestar.
Si estás buscando una forma de explorar tu mundo interior, te invito a probar Innerdance. Permítete dejarte llevar por la música y el movimiento, y descubre la magia que reside en tu interior.